La cobra de Marruecos y las del Sahara Occidental, son descritas en 1989 por el Dr. Valverde, prestigioso herpetólogo y fundador del Parque Nacional de Doñana como una nueva subespecie.

Los análisis comparativos con otras cobras africanas, las variaciones de color que experimentan durante su crecimiento y la disposición y número de sus escamas inducían a pensar que nos encontrábamos ante una nueva especie. No obstante, estudios genéticos y morfológicos posteriores consideran que Naja haje legionis no es una subespecie válida debido a la mínima divergencia que muestran las poblaciones de la zona de estudio con la forma nominal de la especie (Broadley y Wüster, 2004 ; J.F. Trapé et al., 2009). Por lo tanto, actualmente las cobras de la zona de estudio están clasificadas en la especie nominal Naja haje haje.

Existen marcadas diferencias en la coloración y el diseño de individuos de diferentes edades: los juveniles muestran un color corporal de base amarillento, sobre el que aparece un punteado marrón o negro, y a medida que crecen el color negro se va extendiendo por todo su cuerpo, siendo los adultos completamente negros.